Para nadie es agradable escuchar que tienes una inspección de hacienda, y menos aún si eres una empresa, una pyme o un autónomo. Por ello hemos detallado las causas más frecuentes que pueden dar lugar a las temidas inspecciones y que aconsejamos a nuestros clientes evitarlas en la medida de lo posible.
Modelos trimestrales y anuales que no cuadran: Los anuales son informativos y deben cuadrar con las liquidaciones trimestrales de IVA, IRPF, etc… realizadas en enero, abril, julio y octubre.
Devoluciones tributarias excesivas: Ante la solicitud de la devolución de IVA, por ejemplo, la Agencia Tributaria querrá asegurarse que todo está correcto.
Declaración o no de subvenciones: Cuando se solicitan «ayudas», Hacienda sabe todos los recursos públicos que se otorgan y todos los datos. Algunas están exentas y otras no, por lo que es mejor que sea tu asesoría quien te haga las declaraciones de las mismas.
Gastos superiores a lo ingresado en un largo periodo y/o demasiados gastos deducibles: normalmente se tienden a incluir “gastos personales” como gastos necesarios para la actividad y hay que estar pendientes porque algunos no son deducibles. En el mismo sentido, no tiene lógica que una actividad comercial siga en alta mucho tiempo si se pierde dinero, aunque haya etapas más complicadas. Todo esto puede alertar a hacienda.
Solicitud de alta en el ROI (registro de operadores intracomunitarios): si pides el NIF intracomunitario, a veces la Agencia Tributaria requiere más información para comprobar que realmente vas a mantener relaciones comerciales fuera de España.
Dejar sociedades inactivas o no presentar declaraciones serán también motivos para una posible inspección de la Agencia Tributaria.
Como asesoría profesional, es mejor que nos consultes, tenemos una dilatada experiencia con clientes que ya han tenido inspecciones en este sentido. Llevar una buena organización administrativa, al día, guiada por un buen gestor que te asesore para cumplir con la legislación e intentar hacerlo lo mejor posible, es nuestro consejo.