Debido a la complejidad y gran cantidad de disposiciones fiscales, laborales y los procedimientos para su aplicación, es inevitable que empresas, autónomos y particulares tengan problemas y se genere conflictividad.
Tanto Hacienda como Seguridad Social aplican sus propias interpretaciones de las normas vigentes cuando llevan a cabo requerimientos de comprobación e inspección. Predominan criterios económicos, pues es habitual que se presuponga el fraude.
Estas actuaciones administrativas que tanto perjudican al contribuyente, no sólo económicamente, sino también en tiempo y “quebraderos de cabeza”, causan un daño que la administración pública no indemniza. Esto sin considerar la inadmisible demora de estos procedimientos a la hora de resolver. Por todo lo expuesto, un buen asesor fiscal y un asesor laboral es fundamental.
Hoy en día la formación del profesional continua y complementaria es imprescindible.
Asesores para empresas profesionales en Madrid
UN BUEN ASESOR NO ES QUIEN AYUDA A PAGAR MENOS, SINO QUIEN EVITA LOS FUTUROS PROBLEMAS CON LAS ADMINISTRACIONES.